Intervención de la ministra para la Transición Eccológica, Teresa Ribera

22.2.2019

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Sra. Ribera.- Querida ministra Portavoz, querida Isabel, muchas gracias. Empiezo con el pie que me has dado al introducir este asunto. Hoy hemos visto en Consejo de Ministros el Marco Estratégico de Energía y Clima que tiene por finalidad mejorar la calidad de vida de los ciudadanos, pero no solamente mejora de la calidad de vida de los ciudadanos, creemos que es una apuesta muy importante para facilitar la modernización de la economía, para facilitar la generación de oportunidades y creación de empleo en sectores, en campos en los que tenemos un gran potencial y que nos colocarán en la senda del progreso, de crecimiento sostenible en el tiempo por venir, garantizando la solidaridad.

Nuestra estimación es que en línea con lo que representa la Agenda del Cambio, el Marco Estratégico de Energía y Clima es ambicioso y equilibrado, es modernizador, es solidario, y con arreglo a toda la información y sistemas de modernización que hemos empleado es plenamente factible. Está en esta línea con un compromiso que asumimos todos en el año 2015, con un nuevo contrato social para el conjunto de la humanidad facilitando una prosperidad inclusiva y respetuosa con los límites del planeta, la Agenda 2030, a la que España se sumó por unanimidad desde el primer momento, como lo hizo también al Acuerdo de París, ratificado por unanimidad en el Congreso de los Diputados y en línea con lo que la Unión Europea ha ido incorporando en su Paquete de Invierno como estrategia fundamental para cumplir con su parte en el año 2030.

Todos los estados miembros de la Unión Europea han remitido ya a Bruselas un documento obligatorio en el contexto de gobernanza que garantice que la Unión cumple con sus obligaciones, salvo España. España, con un ligero retraso, cumple hoy la revisión del borrador de esta propuesta programática en la que nos fijamos objetivos para el año 2030 y explicamos el modo en el que consideramos que podemos cumplir con esa senda de cumplimiento de la forma más eficiente, maximizando las oportunidades para nuestra economía.

Hoy el Consejo de Ministros aprueba esta aportación al trabajo conjunto de la Unión Europea 2030 que debe ser congruente con los objetivos de plena descarbonización para el año 2050 y a eso se suman otras dos piezas fundamentales: el Anteproyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética y la Estrategia de Transición Justa.

Con esto sentamos las bases -como digo--, para la modernización de la economía, creación de empleo y reposicionamiento de nuestra industria, de nuestra energía, de las tecnologías limpias que dominarán la próxima década generando efectos positivos para el desarrollo en el medio rural, la mejora de la salud de las personas, el medio ambiente y la justicia social.

¿Cuáles son los objetivos que plantea este marco? Una reducción de entre el 20 y el 21% de las emisiones de gases de efecto invernadero con respecto a 1990, un 42% del consumo final de energía de origen renovable en el año 2030, y un 74% del conjunto de la electricidad de origen renovable para esta misma fecha. Con esto lograríamos una mejora en eficiencia energética en 2030 de un 38,9% por encima de la situación actual y podríamos avanzar lo que es el objetivo final para el año 2050 consistente en un sistema eléctrico 100% renovable y neutro en emisiones de gases de efecto invernadero para el conjunto de la economía.

¿Qué es lo que incluye como referencias fundamentales el Anteproyecto de Ley? Incorpora el marco institucional para un proceso de toma de decisión que debe inspirarse por lo que podríamos calificar como certidumbre flexible con capacidad de capturar las mejoras que vayamos descubriendo en un proceso de aprendizaje que iniciamos hoy, o de corregir aquello que no funcione como esperamos de manera transparente para el conjunto de los ciudadanos y, por tanto, generando confianza tanto en ciudadanos como en operadores económicos; una posibilidad de incorporación de las previsiones, las preocupaciones en materia de clima en todas las políticas sectoriales para facilitar una mejor resiliencia, una mayor adaptación a los efectos del cambio climático, una mejor preparación de nuestros sistemas socio económicos a una nueva realidad y aquellas medidas que consideramos imprescindibles para impulsar la transición y la modernización energética de nuestro país junto con las previsiones normativas fundamentales para facilitar la transición justa.

El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima es el documento programático que debemos remitir a la Comisión. Como decía antes, incorpora la senda de reducción de emisiones a 2030 que consideramos más apropiadas en términos de costo-eficiencia, analiza los efectos de las medidas que se proponen en distintos sectores, tanto en el ámbito económico como en el empleo, y la estrategia de transición justa determina, despliega las herramientas de acompañamiento para facilitar que este cambio no deje a nadie atrás, que sea solidario con quienes van a verse más impactados en los primeros años en esa primera etapa de la transición. Creemos que esto es fundamental, es una razón obvia de equidad pero, también, es una razón de buen funcionamiento de nuestro sistema democrático.

Hemos elaborado este marco estratégico en un tiempo récord --ocho meses--, con la plena integración de todos los departamentos ministeriales. Es un programa de Gobierno, no se trata de una agenda sectorial de parte del Ministerio que tiene por preocupación el medio ambiente o el cambio climático, o de parte del Ministerio que tiene por preocupación la energía. Han estado presentes desde el primer momento todos los departamentos ministeriales y, por ello, la propuesta que se hace es --como digo-, sólida, transversal, y maximizando esas sendas sinergias, de coherencia que requiere una respuesta convincente y eficaz en materia de clima.

Hemos contado, además, con el mejor conocimiento científico-técnico disponible para hacer estas propuestas en la elaboración del plan --por poner un ejemplo--, se han empleado seis modelos matemáticos de referencia internacional, y se han analizado más de 1.000 variables contrastadas después con todo el sistema de seguimiento que la propia Red Eléctrica Española utiliza para dar confiabilidad al conjunto del sistema eléctrico. Por tanto, creemos que la materialización de esta propuesta permitirá a España cumplir con los objetivos asumidos para el año 2030 y 2050 a la vez que --como digo-- genera oportunidades, mejora su balanza comercial e incentiva la modernización del conjunto de nuestros sectores industriales.

¿Cuáles son algunas de las oportunidades que quedan claras, quedan patentes en ese marco y en la memoria económica que lo acompaña? Consideramos que entre las oportunidades de negocio e inversión destaca el hecho de que, probablemente, se supere una movilización de recursos de 230.000 millones de euros a lo largo de la próxima década en las que el 20% del total pueden ser de origen público, distintas fuentes públicas: europea, nacional, autonómica y local, facilitando el ejercicio de la inversión privada; es decir, haciendo un efecto palanca importante para movilizar recursos. Reduciremos enormemente nuestra dependencia energética. En la actualidad es 20 puntos porcentuales superior a la media europea y la aplicación de un marco como el que proponemos permite reducir un 15% esa dependencia, pasando del 74% actual al 59%.

Esta menor dependencia, evidentemente, liberará recursos para el conjunto de la economía dado que permitirá que la balanza comercial española ahorre más de 75.000 millones de euros entre el año 2020 y 2030 que el conjunto de la economía podrá destinar a otras finalidades reforzando, en gran medida, la seguridad energética.

Junto al impulso a las renovables, la eficiencia y el ahorro de la energía son la otra gran variable: ahorro y eficiencia energética, electrificación de una buena parte de los usos finales y de origen renovable de esa electricidad como ejes fundamentales del conjunto de la actuación.

Por ello, quizá, uno de los elementos más interesantes es el programa de rehabilitación de viviendas. Una apuesta importante por la eficiencia que es fundamental y que tiene efectos inmediatos en la liberación de recursos en nuestros hogares --probablemente con mayor énfasis en aquellos con menos recursos disponibles para satisfacer las necesidades de calefacción y electricidad, consumir menos energía-- permite ser más eficiente también en la producción industrial. La intensidad primaria de la economía mejoraría un 3,4% anual hasta el año 2030, lo que significa un ahorro muy importante, también, en la factura energética de nuestra industria. Como resultado de las inversiones previstas, el menor gasto de energía, y la reducción de la dependencia energética, el PIB aumentará entre 19.300 y 25.100 millones al año entre los años 2021 y 2030; es decir, nuestro cálculo perfectamente alineado con lo que son las mejores estimaciones de Naciones Unidas, de la OCDE, y de agencias independientes que integran la variable de la actuación en materia de clima para el conjunto de los países de la Unión Europea pone de manifiesto que supondría un incremento del PIB con respecto al tendencial de un 1,8% para el año 2030, repercutiendo positivamente en el empleo que crecerá entre 250.000 y 350.000 personas en la próxima década con respecto a lo que sería el crecimiento del empleo en un escenario sin plan.

Este incremento se va a concentrar sobre todo en el sector de la industria manufacturera, la construcción --afectada por la crisis económica--, y es un elemento fundamental de las políticas de desarrollo rural para hacer frente a un problema social y ambiental que conocemos bien: el crecimiento de la España vacía. Tiene efectos positivos para el sistema de salud y para la salud de los ciudadanos, las estimaciones que se manejan son que las medidas del marco de Energía y Clima permitirán reducir en torno a un 25% el número de muertes prematuras causadas por la contaminación atmosférica, y no olvidan otras cuestiones absolutamente críticas, fundamentales como las que apuntaba al principio de mi intervención. Creemos que hay que prestar atención al efecto que estas medidas tienen en consumidores y en colectivos vulnerables, prestar atención a trabajadores y comarcas afectados por las decisiones de cambio en el mix energético pero, también, al efecto que tienen en consumidores y colectivos vulnerables.

Quizá el dato más importante al respecto es la evolución de la tendencia del precio de la electricidad antes de impuestos, vemos como las inversiones que empezaríamos a acometer de manera inmediata tienen un cierto retraso en hacerse visibles en la factura de la luz, pero a partir del año 2025 son claras y se estima que supondrían una reducción del 12% en la factura de la luz --antes de impuestos-- para el año 2030 y, a partir de ahí, una caída todavía más pronunciada; por tanto, se trata de invertir hoy para facilitar ese ahorro, esa generación de un efecto enormemente positivo para nuestra economía en nuestros hogares en muy poco tiempo. Es importante, sobre todo, el prestar atención a los hogares con menor renta --como también señalaba antes- y, por tanto, forma parte de la intención de este Gobierno el ultimar la Estrategia contra la pobreza energética en las próximas semanas, en línea con lo que señalaba: prestar atención a trabajadores, a consumidores, y a la industria que en esta fase de la transformación tiene menor margen de maniobra y, por tanto, puede verse impactada en mayor medida por el precio de la energía.

Esto explica por qué engarza con el Estatuto de la industria electro intensiva -en el que está trabajando el Ministerio de Industria--, en el acompañamiento a aquellos procesos industriales que se han beneficiado hasta ahora de la cogeneración, siempre y cuando se haga de una manera eficaz y con las fórmulas de cogeneración más eficientes posibles, o sectores industriales particularmente relevantes y sistémicos para el conjunto de nuestra economía que están siendo ya objeto de transformación importante, como es el de la industria del automóvil.

Y, por último, en esta primera presentación y a la espera de sus preguntas, como entiendo que éste es un asunto que siempre suscita gran interés, hay algunas otras cuestiones que teníamos pendientes para las que nos habíamos dotado de plazos y que son fundamentales para impulsar este paquete, como son las cuestiones relativas al autoconsumo, cuyo Real Decreto de desarrollo traeremos a este Consejo de Ministros en pocas semanas.

Quedo a la espera de sus preguntas con respecto a todas estas cuestiones sabiendo que en breves minutos, quizá en una hora, toda la documentación estará disponible en la página web del Ministerio, incluida la Memoria Económica. Abriremos un plazo de información pública para comentarios que terminará dentro de un mes, el 22 de marzo, seguiremos trabajando por entender y comprender todas aquellas propuestas de mejora, corrección, que consideren todos los interesados importantes de ser tenidas en cuentas y, desde ya, evidentemente, los servicios técnicos del Ministerio trabajan en la otra obligación: la gobernanza europea que es la estrategia de descarbonización completa de la economía para el año 2050 que debe ser coherente con esta fijada para 2030 y tenemos la obligación de remitir aprobada a Bruselas antes de final de año.

Muchas gracias.

(Transcripción editada por la Secretaría de Estado de Comunicación)