Intervención de la vicepresidenta del Gobierno, ministra de la Presidencia, Relaciones con las Cortes e Igualdad, Carmen Calvo

8.2.2019

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Vicepresidenta.- Buenas tardes. Y, disculpen por la tardanza. Hoy es un poco más tarde de lo habitual pero era un Consejo de Ministros con muchos puntos del orden del día, con muchas cuestiones importantes que los que nos han demorado.

Voy a explicar, porque ha sido objeto de debate en el Consejo de Ministros de hoy, algunas cuestiones importantes de los últimos días pero que forman parte desde hace mucho tiempo acerca de lo que el Gobierno hace cada día en relación a la crisis que Cataluña ha vivido durante tanto tiempo, que todavía sostenemos, y que forma parte de una de nuestras principales obligaciones, responsabilidades y, como es lógico, ocupación.

Luego, la ministra de Economía va a dar cuenta de un documento muy importante para el trabajo del Gobierno que ha sido objeto de largo tiempo de debate, de participación y, sobre todo, es un documento de presente y de futuro: la Agenda del Cambio. Y el ministro de Ciencia que traía hoy al Consejo de Ministros un Real Decreto, también muy importante, muy esperado sobre algunas cuestiones relativas a la política científica de nuestro país, a los proyectos científicos en nuestro país para el impulso de la Ciencia después de tantos años de paupérrima situación.

Miren, el otro día en esta misma sala lo decía y conviene insistir en ello. Este Gobierno que ayer cumplio ocho meses, desde el primer momento interpretó bien lo que nosotros entendemos que es una necesidad y una posición clara y abrumadoramente mayoritaria de la sociedad española, y es encontrar por una vía dialogada --por tanto pacífica-- y legal la resolución sobre la situación de Cataluña en el Estado español. Cuando el partido que sostiene este Gobierno era oposición, dimos prueba más que suficiente de lo que en aquel momento era común y corriente: diálogo, y más diálogo, hay que sentarse a hablar, no se ha hablado, no se ha utilizado el diálogo lo suficiente y vivimos las situaciones que vivimos; y aun así, la lealtad del Partido Socialista fue clara, para sostener una crisis que ponía en cuestión nuestro orden constitucional, la vulneración de nuestra Constitución y que supuso un gravísimo quebranto de la convivencia entre catalanes.

Cuando asumimos el Gobierno nos dispusimos a, con toda intensidad y coordinación, encontrar espacios cotidianos, naturales, institucionales y normalizados de diálogo con el Gobierno de Cataluña y, sobre todo, con la realidad de Cataluña, con los problemas que tienen los catalanes. Mientras estuvimos en la oposición propusimos como Grupo Parlamentario una Comisión en el Congreso de los Diputados para poder hablar de la estructura territorial de nuestro país, de la experiencia autonómica extraordinaria, útil, y totalmente positiva en el balance que podemos hacer, y que hemos vivido en 40 años. Esa Comisión, los partidos conservadores que no la han aceptado nunca, no han arrimado el hombro tampoco para poder reflexionar en la sede de la soberanía nacional --que es el Congreso de los Diputados-- para encontrar salidas y respuestas sobre la situación que tenemos en relación a Cataluña. Nunca han ayudado en esa Comisión, en el seno de las Cortes Generales de la Cámara Baja.

Como Gobierno hemos recuperado y respetado la Comisión Bilateral del Estatuto de Cataluña en muchas reuniones y en muchos esfuerzos conjuntos para dar respuesta, como Gobierno que somos, también de Cataluña, a los problemas --alguno de muy largo tiempo desatendido-- porque al final lo que importa para este Gobierno son los hechos, las realidades, los problemas y las respuestas. Conscientes --desde el primer momento-- que habíamos de afrontar con responsabilidad en el marco constitucional y de la ley, pero sin temer --con valores democráticos-- al diálogo con todos para encontrar una salida política nos dispusimos, también, repito, a afrontar esa situación a la que nos sentimos llamados como Gobierno de España, y en absoluto queremos abandonar en una actitud irresponsable que mantuvo el Gobierno anterior durante 7 años.

El día 21 de diciembre se celebró un Consejo de Ministros. La noche de antes, el día 20, alcanzamos el acuerdo sobre una declaración sobre conceptos bien importantes y básicos cómo podíamos ordenar este diálogo en el marco de la ley, para poder dar respuestas políticas y democráticas, en el marco de nuestra Constitución, a la situación de Cataluña. Lo hicimos con responsabilidad, lo hicimos como hay que hacer en un Estado de derecho las cosas: cumpliendo las normas pero utilizando la política para lo que la política sirve, para encontrar soluciones. Diálogo y ley.

Nos hemos reunido en dos ocasiones --de las que hemos dado cuenta públicamente a los medios de comunicación-- y hemos tenido, como es lógico y todo el mundo se puede imaginar, contactos electrónicos y telefónicos, como es lógico, para seguir trabajando. Este Gobierno ha hecho una oferta de canalización de este diálogo en la estructura institucional de la Comisión Bilateral, habida cuenta que la mesa de partidos que existe en Catalunya tampoco ha resultado ser una vía fructífera. Ciudadanos --siendo el partido más votado de Catalunya-- no comparece en esa comisión, no se sienta a hablar; el Partido Popular tampoco, la CUP tampoco. Tenemos dos marcos que no están dando los frutos que deberían: en el Congreso de los Diputados, la Comisión de Evaluación del modelo territorial; y, en el ámbito del Parlament de Cataluña, una mesa en la que deberían de estar concurriendo todos los partidos políticos a través de su Grupo Parlamentario para hablar.

Este Gobierno tiene la firme decisión y vocación de establecer todos los puentes posibles que la ley nos permita para que el diálogo se produzca, pero, en este momento, el trazado que hemos hecho para que ese diálogo se canalice no es aceptado por los partidos independentistas. Ustedes tienen un documento que es el producto de conversaciones, reuniones, en definitiva, del empeño de encontrar --con los partidos políticos que sostienen el Gobierno de Cataluña--dos marcos institucionales que nos permitan un nuevo intento, ordenado, de alcanzar con el diálogo objetivos político de resolución de las circunstancias. Los grupos independentistas --con sus correspondientes partidos que sostienen el Gobierno de Cataluña-- no aceptan el marco que hemos propuesto; así que, este Gobierno va a seguir --porque tiene coherencia con los hechos objetivos, no solamente en la oposición sino, también, ahora en el Gobierno-- luchando con lo que la sociedad quiere, por lo que quiere la inmensa mayoría de los catalanes: salir de una situación que no les permite que la verdadera agenda de la política catalana sean sus problemas, y que el resto de la agenda del Gobierno y del Estado, en el conjunto de nuestro país sean también los problemas que de verdad afectan, y los que afectan lo son siempre en la desigualdad, en las oportunidades, y en las esperanzas.

El documento que ustedes tienen es el único documento sobre el que este Gobierno se pronuncia, propone, y quiere un marco de trabajo; pero no ha sido aceptado por el campo independentista. Este Gobierno no aceptará nunca el planteamiento de un referéndum de autodeterminación, debemos haberlo dicho 100 veces, pero lo volvemos a repetir: nunca. La salida política de Cataluña tiene que ser en el marco propio del Estado de derecho que somos y de la democracia que somos.

Esta es la circunstancia de la que hemos venido dando cuentas, naturalmente, en el empeño de encontrar que este marco que ustedes ya tienen por escrito y que tienen --evidentemente-- los partidos políticos que sostienen al Gobierno de Cataluña --también en este momento-- pudiera fructificar. Las derechas no ayudan al diálogo, sacan partido político, electoral, de la agitación constante, de una circunstancia problemática que pide responsabilidad y altura de miras para resolverlo. El campo independentista tampoco acepta que la canalización del diálogo sea en los términos estrictos de las posibilidades legales y del intento democrático, político, constante, de este Gobierno simplemente por hacer caso a lo que nuestros compatriotas quieren: que hablemos, que dialoguemos, que la convivencia transcurra en los únicos caminos en los que puede transcurrir, que es el respeto a la pluralidad y el funcionamiento de las instituciones, porque es lo que resuelve sus problemas. Lo hemos intentado hasta ese documento que ustedes tienen con total transparencia y con total claridad.

A partir de este momento, los esfuerzos del Gobierno se centran --no hace falta que lo diga porque es conocido de todos-- en esta semana en la que queremos y pedimos el apoyo a todos los Grupos Parlamentarios de unos presupuestos que necesita este país, que son unos presupuestos posibles, prudentes, y comprometidos con las políticas sociales y con la igualdad al punto de tener previsto que de cada diez euros, seis, se destinen a políticas que restituyen derechos, desequilibrios, y desigualdades.

Esos presupuestos los va a defender el Gobierno y le va a pedir al resto de los grupos de la Cámara que lo haga porque --termino-- será muy difícil explicarle a los españoles que, en una situación de salida de la crisis, la política, el Gobierno y el gran instrumento que son los Presupuestos Generales del Estado no están para mejorar la vida y las circunstancias del conjunto de la ciudadanía. Alguien, todos, --en cualquier caso llegado el momento la semana que viene-- tendrán que explicar por qué no quieren que sobre una senda de gasto del 1,3% se pueda seguir haciendo esfuerzos de mejora, de progreso, y de esperanza para este país.

El Gobierno, la semana que viene, dedicará todos sus esfuerzos a pedir el apoyo a todos los Grupos Parlamentarios para los Presupuestos que necesitamos, que son unos Presupuestos buenos para nuestro país, que lo son para el conjunto de todos los territorios, de toda sus autonomías, que lo son -también-- para Cataluña, y que los grupos independentistas tendrán que explicarle a Cataluña porque antepone otro tipo de motivos, intereses, o ideas, a poder ofrecer, también, al territorio que gobiernan soluciones concretas a problemas larvados de muchos años a los que este Gobierno ha querido dar respuesta.

Ese es el análisis que ha hecho el Consejo de Ministros con las instrucciones del presidente, además de haber debatido muchas cuestiones importantes --no ha sido cosa menor--, el documento extraordinario --por cierto, ministra, del que tú vas a dar cuenta ahora--, y del esfuerzo del ministro de Ciencia por traer salidas y mejoras de tramitación que estaban esperando la Ciencia en nuestro país, los científicos y las científicas de nuestro país durante mucho tiempo.

Así que, le dejo la palabra a la ministra de Economía.

(Transcripción editada por la Secretaría de Estado de Comunicación)