Argel (Argelia)
PEDRO SÁNCHEZ, PRESIDENTE DEL GOBIERNO
Quiero comenzar agradeciendo al primer ministro la hospitalidad que ha mostrado todo el gobierno para con la delegación española, y quisiera también agradecer la presencia de todos los invitados. Deseo de corazón que, en la circunstancia sanitaria en la que nos encontramos, sus familias y ustedes estén bien.
Recientemente participé en un foro económico y empresarial que planteaba cómo será el mundo que surja después de la pandemia del Covid.
Imaginar cuáles serán los retos del futuro creo que nos puede ayudar a planificar las respuestas más efectivas. Y anticiparse en consecuencia permite estar mejor preparados y tomar las decisiones de manera mucho más pausada. A menudo, además, facilita que los agentes económicos se posicionen mejor frente a sus competidores, en un mundo de creciente incertidumbre.
A pesar de la dificultad de ese ejercicio, el de imaginar cómo va a ser el mundo después de la pandemia, sí podemos aventurar algunas respuestas, no todas pero sí algunas, válidas tanto para España como para Argelia.
La primera de ellas es que se ha creado una gran oportunidad, una gran oportunidad para las empresas de ambos países, porque la pandemia nos ha revelado que las transformaciones que antes de la misma eran urgentes ahora resultan impostergables.
El que hayamos por ejemplo firmado un Memorándum de cooperación entre España y Argelia vinculado con el desarrollo rural y también con el medioambiente ejemplifica precisamente cuán rápido está produciéndose el cambio y las nuevas oportunidades como se están abriendo.
Esas transformaciones en consecuencia son la de la transición digital, la de la transición ecológica, la cohesión social, la creación de oportunidades, sobre todo para la gente más joven -cuestión que participamos ambos gobiernos de su urgencia- y la igualdad real y efectiva entre hombres y mujeres. Estos ejes guiarán todo el proceso de recuperación y de modernización, inspirando las reformas estructurales y también las inversiones que se pongan en marcha, con el objetivo último de recuperar el crecimiento, fomentar la creación de empresas y acelerar la creación de empleo.
Son transformaciones que el Gobierno considera clave para España, que la Unión Europea considera clave para Europa, pero que no me cabe duda de que son fundamentales en todas las sociedades que quieren conquistar el futuro.
Junto con esta primera lección me gustaría compartir con ustedes, mi querido primer ministro, una segunda lección, y es que debemos extraer que no basta con recuperar el PIB perdido como consecuencia de la crisis actual de la pandemia del Covid19. Es verdad que necesitamos crecer de otra manera. Un crecimiento que tiene que ser mucho más inclusivo, que tiene que crear oportunidades entre las capas más jóvenes de nuestra población, que tiene que tener una amplia base, y que haga partícipe al conjunto de la sociedad de los beneficios del progreso y también de la apertura económica. En este sentido, las empresas españolas con intereses en Argelia juegan un papel fundamental como motor de crecimiento en ambos países, diversificando y transformando productivamente en esta coyuntura tan complicada para todos.
Nos encontramos ante un momento histórico, para el que responderemos a la altura de la excepcionalidad del momento y por eso, esta misma semana hemos presentado, como bien antes recordaba un representante de la comunidad empresarial española, un Plan de Recuperación, de Transformación y Resiliencia, una agenda en definitiva de modernización de la economía de nuestro país, con el afán último de dar una respuesta extraordinaria a una crisis extraordinaria como la que está viviendo el mundo. Es un plan que recoge la ambición que necesitamos para que nuestro país, para que España avance, para que afronte una nueva modernización. Para que dentro de una década nuestra economía sea más poderosa, más sólida, más equilibrada y más moderna.
En el Plan se concentran proyectos que se pondrán en marcha en los tres primeros años y que se ejecutarán en ese mismo periodo. Serán cerca de 72.000 millones de euros en transferencias para el periodo 2021-2023.
Los fundamentos de los que parte la economía española son sólidos.
Antes de la llegada del Covid19, la economía española se encontraba en una senda de crecimiento robusto, sostenible. España cerró, por citar algunas cifras, en 2019 con un crecimiento del 2% del PIB respecto al año 2018, la mayor tasa dentro de las grandes economías europeas; el mercado laboral entonces crecía por encima de los 360.000 nuevos empleos anuales en el mes de febrero; la deuda pública se encontraba en trayectoria descendiente y el sector exterior contribuía positivamente al crecimiento de la economía, con un 2% de superávit respecto al PIB.
La economía española se ha visto especialmente afectada debido a la dependencia de algunos sectores, sobre todo en algunos territorios, como es el sector turístico, del cual somos altamente competitivos como bien ha subrayado el primer ministro en su intervención.
El confinamiento, la reducción de la movilidad, necesaria para reducir la curva de contagios, ha dañado especialmente este motor económico que para nosotros resulta clave, resulta decisivo. Y en estas circunstancias inéditas, hemos dado una respuesta contundente y ambiciosa en muchas materias, también en materia de empleo, protección social, financiación, como está haciendo también el gobierno argelino. En nuestro caso hemos movilizado hasta 200.000 millones de euros, es decir, cerca del 16% de nuestro PIB anual, la mayor cantidad de recursos públicos de la historia, para no dejar a nadie atrás y ayudar a las empresas en este momento tan crítico.
La experiencia, en todo caso, nos muestra que el comercio y que la inversión han sido un motor para salir de situaciones de ralentización como la que estamos viviendo o incluso de recesión económica.
Las empresas españolas ya demostraron que en crisis también muy importantes que hemos pasado hace muy pocos años tuvieron un papel imprescindible para la recuperación. Y por tanto mi llamamiento es claro. Tenemos una gran tarea por delante y debemos abordarla de manera conjunta; unidos. La unidad y la participación conjunta nos harán trabajar mejor. Y animamos y apoyamos en consecuencia continuar con esta importante actividad internacional que hoy tiene reflejo en este importante fórum.
En este contexto, a mi juicio, Argelia cobra un sentido especial para todos nosotros. España y Argelia son dos aliados estratégicos, que además comparten fuertes lazos, no solamente en el ámbito empresarial, pero también en el ámbito cultural. El grado de compromiso que mantienen nuestros países se refleja en la gran actividad de nuestras empresas en Argelia.
Argelia es un mercado prioritario para España como bien recordaba el presidente de la CEOE. Es nuestro segundo cliente africano y nuestro tercer proveedor africano. En vista de su importancia como socio comercial, Argelia es uno de los países incluidos en nuestra "estrategia Horizonte África", una iniciativa dirigida a incrementar la presencia comercial y financiera de España en el Magreb y también en el continente africano.
Los datos de nuestros intercambios muestran la importancia de estas relaciones. En el comercio de bienes, en 2019, representaron en términos de las exportaciones españolas a Argelia cerca de los 3.000 millones de euros, y las importaciones de España de Argelia se aproximaron a los 4.000 millones de euros. A ello habría que añadir nuestros intercambios de servicios.
Pero estas cifras no representan todo el potencial de nuestras relaciones comerciales. Existe, estamos convencidos ambos gobiernos, un alto margen para que estas relaciones se intensifiquen en el corto y el medio plazo.
Del mismo modo, consideramos que hay grandes oportunidades en el ámbito de la inversión, en el que también podemos destacar sectores de interés mutuo. Por ejemplo, el minero y el energético han sido los sectores tradicionales de la inversión extranjera en Argelia, pero como se ha referido aquí el sector agroalimentario, el de las comunicaciones, el de la tecnología, el del tratamiento de residuos y la gestión del agua, son sectores todavía en los que podemos desarrollar muchísima potencialidad, muchísima cooperación entre ambos países. Además, el ámbito sanitario y farmacéutico que han cobrado una relevancia estratégica, yo diría, después de la pandemia, son elementos donde también podemos, seguro, afianzar nuestra cooperación. Los servicios de ingeniería y consultoría son imprescindibles para desarrollar todo el potencial de la industria y la diversificación productiva.
Importantes empresas españolas están presentes en el país ejecutando proyectos muy relevantes en beneficio del conjunto de la sociedad argelina. Algunas de esas empresas están hoy aquí con nosotros y quiero agradecer además su presencia.
Primer ministro, las empresas españolas han mostrado un alto liderazgo en muchos sectores, son empresas competitivas, con gran experiencia y con mucha reputación internacional. Son empresas que han ganado importantes licitaciones y que han realizado grandes proyectos en países de cualquier latitud mundial.
Nuestras empresas, sin duda, están comprometidas con el mercado argelino. Son tan leales a su país, a España, como a los países donde desarrollan su labor, son empresas que tienen vocación de perdurar en el tiempo, su presencia también en aquellos lugares donde invierten.
Y ese compromiso e interés también se reflejan en la presencia en este encuentro de hoy, del que espero puedan surgir nuevas oportunidades de colaboración. Confío que este foro sirva de diálogo para acordar distintas formas de cooperación con las que afrontar los retos que tenemos ambas sociedades por delante.
En el pasado celebramos exitosos casos de colaboración entre empresas de ambos países en sectores, como he dicho antes, energético, la petroquímica, el agua o el transporte. Y, por eso, quisiera felicitar al Gobierno argelino por la reciente decisión de flexibilizar las inversiones de empresas extranjeras en el país. Sin duda, es un paso muy importante, que así lo reconoce el gobierno de España, las empresas españolas también, y que espero termine cristalizándose en nuevos proyectos de cooperación, de crecimiento y de prosperidad para ambos países.
Soy consciente de que queda mucho por hacer en materia de diversificación de la economía argelina y en el aumento de su base exportadora. La inestabilidad de, como bien antes comentaba el presidente de Naturgy, de los precios del petróleo, cuya caída continúa ya desde hace años, pone de manifiesto la necesidad de acelerar la búsqueda de nuevas capacidades productivas de la economía.
Y hay margen, hay margen en el sector de los hidrocarburos, mejorando los procesos de extracción, de refino, de regasificación, lo saben ustedes mucho mejor que yo. Hoy tenemos en este evento una muestra de empresas españolas tecnológicamente punteras y con gran experiencia internacional en estas actividades. Muchas tienen ya experiencia de años trabajando en Argelia junto con empresas locales, algo que supone, a mi juicio, una ventaja y también una enorme oportunidad.
Pero los esfuerzos no deben ir únicamente dirigidos al sector de hidrocarburos. Otras áreas de actividad, como el tratamiento de residuos, las energías renovables, la consultoría, las comunicaciones, la agroalimentación, están llamadas a jugar un papel fundamental en la diversificación de la estructura productiva argelina. Las empresas españolas están preparadas para contribuir a los esfuerzos del gobierno argelino para avanzar en el fortalecimiento económico del país.
Y en esta tarea de diversificación de la economía argelina, resulta fundamental que se mantenga un terreno de juego equilibrado. Este es el objetivo del Acuerdo de Asociación con la Unión Europea. Porque para que los esfuerzos modernizadores y también reformistas que se están llevando a cabo por parte del nuevo gobierno se materialicen en mayor inversión, en un crecimiento sostenido y sostenible, y también en una mayor creación de empleo, es vital pisar tierra firme en las relaciones comerciales.
Mi Gobierno comprende las dificultades a las que se enfrenta la economía argelina, también las estamos sufriendo en nuestro país, y quiero resaltar la labor que España puede hacer a través de una interlocución constructiva en las relaciones con la Unión Europea.
Queridos amigos, queridas amigas,
Hoy más que nunca es imprescindible resaltar el valor del acuerdo y del diálogo para enfrentar los desafíos que tenemos por delante. El impacto político, económico y social causado por la pandemia del COVID-19 es todavía incalculable. Una pandemia que nos afecta globalmente y de manera extraordinaria, y a la que hay que responder globalmente y de manera también extraordinaria. Por ello, la actitud con la que enfrentemos el futuro será determinante también en el desarrollo de los acontecimientos.
Ante un contexto internacional complejo como el que estamos atravesando, ahora es justo el momento de abrirnos a unas alianzas comerciales fuertes. Ahora es el momento de abrirnos a la exportación y a la inversión extranjera. Ahora es el momento de colaborar a la medida del desafío que tenemos por delante. Porque la colaboración, la cooperación, la coordinación permitirá el desarrollo económico de nuestras naciones y la creación de empleo en nuestras sociedades, no sólo para el presente, que sin duda alguna es lo urgente, sino para el futuro que queremos seguir compartiendo España y Argelia, Argelia y España.
Muchas gracias.
(Transcripción editada por la Secretaría de Estado de Comunicación)