Washington (Estados Unidos)
Senador, autoridades, señoras y señores, amigos todos,
En esta mi primera visita a Washington como presidente del Gobierno de España constituye un placer y un honor imponer al senador Robert, Bob, Menéndez la Gran Cruz de Isabel la Católica concedida por Su Majestad el Rey el pasado día 10 de enero.
Por su rica trayectoria vital y por su profundo compromiso político, el senador Menéndez representa, sin duda, un ejemplo inmejorable del esfuerzo y el tesón de la comunidad hispana en los Estados Unidos. Pero, además, su perfil también encarna la continuidad de la exitosa contribución de lo hispánico al desarrollo de esta gran nación; una contribución que, como el propio senador suele recordar, se remonta a los mismos orígenes del país y abarca, tanto el orden institucional, como el sociocultural y económico.
La pasión por la libertad está escrita en el código genético del senador Menéndez desde aquel día en que, por buscar un futuro mejor, sus padres se vieron obligados a marchar de Cuba, y su vocación de servicio público se despertó en fecha temprana cuando, como estudiante de Derecho, encabezó una campaña para reformar la educación pública en Nueva Jersey. Desde entonces, la educación ha representado una de las prioridades de su quehacer político, primero, como alcalde de Union City y, después, como miembro del Legislativo de Nueva Jersey.
Como congresista ganó justa fama, asimismo, por su defensa y promoción de los derechos de los inmigrantes y, más en concreto, por su especial sensibilidad hacia los pertenecientes a la comunidad hispana.
En un puesto de tanta relevancia como la presidencia del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, el senador Menéndez ha volcado todo su empeño en fortalecer las relaciones de amistad entre Estados Unidos y España; un compromiso que se ha hecho particularmente visible a ojos de todos con su trabajo al frente del Consejo Estados Unidos-España. Esta institución, en la que participan grandes empresas, instituciones culturales y académicas, miembros de la Administración y representantes de partidos políticos, constituye un poderoso instrumento de acercamiento de las sociedades civiles de los dos países en el entendimiento de que son precisamente estos vínculos entre nuestros ciudadanos los que sustentan y robustecen nuestras relaciones oficiales.
En dicho acercamiento ha tenido gran relevancia una realidad ya patente, y de la que sólo cabe felicitarse: el protagonismo de la comunidad hispánica en todos los ámbitos de la vida política, económica y cultura norteamericana.
En este sentido, el Gobierno de España viene estableciendo lazos desde hace ya casi dos décadas con los estadounidenses de origen hispano, a los que nos unen cultura, lengua y valores. A fortalecer estos vínculos contribuye también la creciente presencia de españoles en Estados Unidos: en empresas, en prestigiosos centros de investigación y en todos los sectores de la vida económica comercial, educativa y cultural de este país.
En el año 2009 el senador Menéndez publicó el libro "Cultivando las raíces americanas: por qué nuestra nación prosperará al tiempo que crece nuestra minoría más importante". El título constituye toda una declaración de principios que, desde España, no podemos percibir sino como una muestra de inteligencia, sensibilidad y realismo político. No en vano, el senador Menéndez apuesta por la integración del legado hispano como componente fundamental de la identidad y del patriotismo americanos que tanto admiramos en España.
Su puesta en valor de este patrimonio común es la mejor semilla para redoblar en el futuro esa amistad sincera, sin excepción de personas ni lugares, que para Estados Unidos y para España postulaba el Tratado de San Lorenzo ya en el siglo XVIII.
La Gran Cruz de Isabel La Católica que hoy tengo el honor de imponer al senador Menéndez constituye el máximo reconocimiento de España a aquellos ciudadanos españoles y extranjeros que con sus actos han contribuido de forma extraordinaria a favorecer las relaciones de amistad y cooperación entre España y el resto de la Comunidad Internacional.
Con esta condecoración, que lleva el nombre de la Reina que impulsó el encuentro del viejo y el nuevo mundo, España quiere agradecerle, senador, su generosa dedicación a España y a la comunidad hispana, y su excelente trabajo en favor del desarrollo de los vínculos que unen a nuestras dos grandes naciones.
Muchas gracias.