Rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros

Intervención de la vicepresidenta primera, ministra de la Presidencia y portavoz del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega (Parte 1)

2.3.2007

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Vicepresidenta.- Buenos días. Cuando a principios del siglo pasado, en 1911, se convocó el primer Día Internacional de la Mujer, había muchas causas que reivindicar: el derecho al voto, el derecho al trabajo, el derecho a la educación. Un siglo después seguimos peleando por los derechos de las mujeres, contra la violencia que se ejerce contra ellas, por la igualdad de derechos y por la promoción de condiciones de igualdad real y efectiva en la vida diaria.

La celebración del Día Internacional de la Mujer el próximo día 8 es una buena ocasión para renovar el compromiso firme del Gobierno con la igualdad de la mujer; de todo el Gobierno, como sabe muy bien el Vicepresidente Solbes, que hoy nos acompaña. Es un compromiso evidente, constante y permanente. Desde la constitución misma del Gobierno paritario, como saben hemos ido asumiendo medidas, con dos leyes fundamentales, vanguardistas: la Ley contra la Violencia de Género y la Ley Orgánica de Igualdad, que se aprobará previsiblemente en las próximas semanas.

Desde el inicio de la Legislatura hemos aprovechado la celebración, como recordarán también, del 8 de marzo para dar un empuje a la igualdad real entre hombres y mujeres. Ésta es la tercera ocasión en que lo hacemos.

Cada año hemos establecido medidas concretas y hemos evaluado el cumplimiento de las anteriores. Recordarán que hace dos años fueron 54 iniciativas, que el año pasado se completaron con otras nuevas, incluyendo lo que era el Anteproyecto de Ley de Igualdad, porque la igualdad no se logra de la noche a la mañana; exige largo tiempo y requiere pasar de las grandes iniciativas macropolíticas y de la frialdad de los papeles a la micropolítica, a la calidez y a la cercanía, a las condiciones en que viven y trabajan las mujeres en su día a día, para que las grandes medidas, las grandes leyes, irradien su poder de cambio sobre las actitudes cotidianas. Y esto es largo y costoso.

Este año también, como les decía, hemos aprovechado la celebración la próxima semana del día 8 de marzo, para revisar y para promover medidas concretas y directas, aunque el Plan de Igualdad que aprobaremos este año, de aquí al final de la Legislatura, lo haremos en unas semanas, en el momento en que esté aprobada la Ley de Igualdad, para contener e incluir en el mismo las medidas de puesta en marcha y ejecución contenidas en dicha Ley.

En estos momentos en el estado de cumplimiento se encuentra lo que hemos venido haciendo en estos dos planes de los dos años anteriores. Les diré que creo que el balance es razonablemente positivo. Las 54 medidas del Plan de Igualdad de 2005, todas ellas, como recordarán, estaban en marcha en el año 2006 y han seguido desarrollándose en el último año y en las ocho áreas en que incidía: empleo; empresa; conciliación de la vida laboral y familiar; investigación; solidaridad; deporte; violencia de género y acceso al empleo público.

El detalle pormenorizado de la evaluación de cada una de las 54 iniciativas del primer año y del segundo se está elaborando. Hoy lo hemos podido ver y se lo facilitaremos en los próximos días, porque es muy prolijo y todavía no está en condiciones en limpio de podérselo pasar, pero se lo haremos.

También evaluaremos la situación de las iniciativas adoptadas hace un año complementarias del Plan para las Mujeres con Discapacidad, que aprobamos a finales del año pasado, y de la constitución del Observatorio de Violencia de Género.

Sí voy a referirme en particular, sobre todo por lo notable de los resultados y por la importancia que los mismos tienen, a los avances que se vienen produciendo, gracias al impulso que estamos dando y a las medidas adoptadas, en el área de empleo y de las empresas, porque en estos momentos más de ocho millones de mujeres tienen trabajo en España, lo que significa el 41 por 100 del empleo total.

En el año 2006 el empleo femenino aumentó en más de cuatrocientos mil puestos de trabajo, lo que ha situado la tasa de paro femenino en el 11,4 por 100. Es una tasa todavía mayor que la masculina, pero la brecha que había se va cerrando de forma continuada.

La tasa de temporalidad de empleo femenino ha descendido también, pues casi un millón de mujeres firmaron el pasado año un contrato indefinido, y ha mejorado también la calidad del empleo ocupado por las mujeres. Por darles sólo un dato, en el sector de intermediación financiera, casi el 90 por 100 de los empleos creados han sido ocupados por mujeres, y en el de Investigación y Desarrollo, casi un 60 por 100. Los datos son también muy positivos en el trabajo autónomo, donde el número de altas de las mujeres es de 45.000.

Respecto a la creación de empresas por mujeres, que hemos venido desarrollando a través del programa "Emprender en femenino", nacido del convenio entre el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales y el Consejo Superior de Cámaras de Comercio, a mediados del cuarto trimestre del año 2006 se habían creado ya un total de casi dos mil empresas y se ha facilitado información a diez mil mujeres.

A través de los Convenios celebrados entre la Dirección General de la Pequeña y Mediana Empresa, siete asociaciones de mujeres, el Instituto de la Mujer y la Fundación La Caixa, 142 mujeres emprendedores crearon su propia empresa el año pasado mediante la concesión de microcréditos.

Les dije hace un año que el camino hacia la igualdad es largo, porque está asentado en estereotipos y costumbres culturales difíciles de cambiar; pero estamos avanzando. Sin duda, no todo lo rápido que nos gustaría, pero avanzamos. Las dificultades se están percibiendo especialmente, y de manera muy lamentable y triste, en la lucha contra la violencia de género.

Asistimos con amargura a una cuenta trágica de casos de mujeres asesinadas por sus ex parejas; pero yo estoy convencida de que, con el apoyo de los ciudadanos, ganaremos. Tardaremos, pero ganaremos. Ganaremos la batalla de la violencia machista, se lo aseguro, y en ello estamos poniendo un esfuerzo muy especial y constante.

Recordarán que el pasado 15 de diciembre aprobábamos un plan de choque que contenía la puesta inmediata en marcha de veinte medidas para establecer más medios y tener un mayor control. Hace tan sólo tres días tuvimos un buen ejemplo de ese trabajo con la creación de las Unidades Provinciales de Lucha contra la Violencia de Género; una medida pionera y necesaria para que la prevención, la protección y el cuidado de las mujeres pase de los despachos y el papel a los hogares, a sus casas.

El 17 de abril, como saben, me he comprometido yo misma a dar cuenta del funcionamiento inicial de estas Unidades. Vamos a hacer un seguimiento diario desde el Gobierno. Acabamos de firmar también un acuerdo con la Federación Española de Municipios y Provincias que avanza en el mismo sentido, estableciendo colaboración con las Policías Locales, y estamos dispuestos a someter todo el conjunto de medidas a una evaluación continua.

Pues bien, además de la creación de esas Unidades Provinciales, de las veinte medidas que adoptamos en diciembre y del acuerdo de la FEMP, hoy de nuevo el Gobierno da un impulso y hemos aprobado, sin esperar al Plan de Igualdad, otras diez iniciativas adicionales para luchar contra la violencia de género.

En primer lugar, hemos dado instrucciones para que el Instituto Nacional de Estadística establezca estudios del tema de la violencia, de la realidad social, para que conozcamos con mayor nivel de información qué es lo que está pasando, cuándo está fallando y cuáles son los mecanismos. Tenemos información pero queremos profundizar en la información, incluso, por ejemplo, a través de la Encuesta Nacional de Salud.

Vamos a ampliar el servicio de teleasistencia móvil, con veinte mil teléfonos gratuitos más, con más agilidad e información para acceder al servicio, de forma que no sólo ya las mujeres que tienen una orden de protección, sino incluso las que no la tienen pero pueden estar en situación de riesgo, tengan este servicio.

Vamos a establecer medidas específicas en el ámbito rural, medidas e información. Es un ámbito en el que hasta ahora se habían adoptado medidas, pero no las suficientes.

Se van a crear este año 43 Juzgados de Violencia de Género e igual número de plazas de fiscales. Se crean siete nuevas Unidades de Forenses y vamos a reestructurar el funcionamiento de los servicios forenses, de forma que en cada Juzgado de Violencia al que acuda una mujer haya un médico forense que la atienda.

Hemos llegado a un acuerdo y estamos estableciendo convenios con las empresas que distribuyen información postal para hacer una divulgación masiva de los derechos de las mujeres cuando sufren violencia, porque estamos observando que a muchas de las medidas que se han puesto en marcha hay pocas mujeres que se acogen a ellas, quizás por falta de información.

Estamos trabajando con Autocontrol, la Asociación de Autorregulación de la Publicidad, para elaborar un código de tratamiento de la violencia de género en los medios.

Vamos a poner en marcha y a regular el Fondo de Garantía de Alimentos que, como saben, se creó en la Ley de Presupuestos.

Vamos a enviar también a los pequeños municipios, de menos de cinco mil habitantes, información sobre todas las medidas de protección que están en marcha.

Finalmente, hemos acordado que la Dirección General del Patrimonio ponga a disposición de las asociaciones de mujeres y de las organizaciones inmuebles de Patrimonio para que las víctimas de violencia de género puedan ser acogidas y atendidas como merecen, es decir, para que en estos inmuebles se puedan montar casas de acogida.

Como ven, poco a poco vamos ganando terreno. No vamos a cesar en adoptar medidas de forma permanente para ganar ese terreno a la violencia y a la desigualdad, en donde vemos que desgraciadamente queda todavía mucho por hacer y hay que hacerlo con decisión, con coraje cívico. No podemos dejar, de verdad, que las niñas crezcan creyendo en la igualdad y abandonarlas después en una realidad laboral y social que, a veces, desmiente su sueño.

Quería informales también de que celebramos la semana próxima un acontecimiento que demuestra el compromiso que viene a sumarse, a demostrar ese compromiso del Gobierno con la mujer, al que en este caso se une el compromiso con el desarrollo y la cooperación en África, y que quiero anunciarles.

El martes y el miércoles de la próxima semana, coincidiendo con la celebración del Día Internacional de la Mujer, España va a acoger el segundo encuentro de mujeres españolas y africanas: "Mujeres por un mundo mejor". El año pasado fue en Maputo y este año va a ser en Madrid. Les anuncio que la reunión se va a desarrollar al más alto nivel, ya que en Madrid se dará cita el mayor grupo de mujeres africanas y españolas con responsabilidad nunca reunido en el mundo.

Es un gran orgullo que se produzca esta reunión a iniciativa de España y de Mozambique. No es sólo una satisfacción que vayan a participar más de 250 mujeres representativas de todos los estamentos políticos, sociales, jurídicos y también económicos de 43 países del continente africano. La satisfacción viene, sobre todo, de la grandeza de los objetivos que perseguimos: la igualdad, el desarrollo y la paz, y también del hecho de que aquí vayamos, en esta Conferencia, como hicimos el año pasado y hemos hecho a lo largo de todo el año, a trabajar para lograr esos objetivos, intercambiando ideas y proyectos, asumiendo juntas principios y proponiendo iniciativas concretas.

Será, sin duda, un encuentro muy relevante del que les daremos cumplida cuenta el martes de la próxima semana y en cuya ceremonia de apertura participará S.M. la Reina y clausurará, la ceremonia de clausura, el Presidente del Gobierno.

Estoy convencida y estamos convencidos desde el Gobierno de que el desarrollo de África, y con él el desarrollo equilibrado del mundo está, en buena medida, en manos de las mujeres del continente, descansa sobres sus hombros. África y el mundo necesitan mujeres fuertes y poderosas para su desarrollo, y sólo si cuentan con las iniciativas y con los recursos necesarios las mujeres africanas podrán ser auténticamente libres e iguales; un requisito indispensable para un verdadero desarrollo global.

La verdad es que estamos deseando ya recibir a nuestras amigas africanas y colegas, que son cómplices nuestras en esta tarea de favorecer un mundo de hombres y mujeres iguales.