Se trata del primer enunciado de la Ley de Interrupción del Embarazo, de 2010, que quedó paralizada en las últimas legislaturas. "Vamos a crear una red pública de salud sexual y reproductiva tal y como estipula la ley", ha asegurado la ministra.
María Luisa Carcedo ha hecho hincapié en la necesidad de que la sexualidad esté presente en el debate sobre salud pública. "Los servicios públicos deben tener un papel fundamental para proteger los derechos a la autonomía en la procreación y en las relaciones sexuales. De hecho, hemos visto sus buenos efectos en la prevención de embarazos no deseados", ha insistido.
La ministra ha denunciado los "retrocesos" que se han vivido en este campo en los últimos años y que el Gobierno quiere revertir. Al abandono de la Estrategia de Salud Sexual y Reproductiva, ha añadido las dificultades en el acceso a los anticonceptivos de última generación para las más jóvenes, que se van a volver a incluir en la cartera de servicios del Sistema Nacional de Salud (SNS). También ha anunciado que el Gobierno va a volver a permitir a las mujeres lesbianas y madres solas que accedan a programas de fertilidad a través de la sanidad pública.
La educación, fundamental
María Luisa Carcedo también ha señalado la carencia de una materia sobre Educación para la Salud que contemple la salud afectivo-sexual, pese a las recomendaciones de la ONU. "Vamos a proponer la colaboración con el Ministerio de Educación para incluir de manera transversal y efectiva la educación sexual en el entorno escolar", ha anunciado.
La ministra ha advertido de que el abandono de la información y formación sexual y afectiva conduce a los jóvenes a buscar información en lugares alternativos cuyos mensajes les pueden llevar a poner en riesgo su salud física y mental. "Se ha identificado ya un aumento de las prácticas de riesgo", ha asegurado. "El aborto entre las jóvenes, la maternidad fortuita o las enfermedades de transmisión sexual nos preocupan", ha recalcado.
"Una decisión libre y responsable"
La ministra ha querido recordar cómo la Ley aprobada en 2010 "sitúa los derechos de la ciudadanía en un espacio de libertad". "La maternidad no es un destino biológico ciego sino un proyecto humano, que requiere una decisión libre y responsable", ha defendido. María Luisa Carcedo ha destacado que "sin libertad no hay igualdad".
No obstante, la ministra ha insistido en que la realización personal "debe preservar los derechos humanos y la dignidad de las personas". En este sentido ha señalado la preocupación del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social por la prostitución y la gestación subrogada: "El deseo de una persona a tener un hijo, por muy noble que sea, no puede realizarse a costa de los derechos de otras personas".
Finalmente, Carcedo ha asegurado que la manifestación extrema de la pérdida de igualdad es la violencia de género. Esta "solamente la puede paliar un Estado de Bienestar fuerte", a través de "una ciudadanía decidida y reivindicativa", ha concluido.