El detenido había desarrollado un sofisticado "modus operandi" virtual para llevar a cabo una activa labor de difusión masiva en Internet al objeto de no ser detectado. Hacía acopio de una importante cantidad de material el cual alojaba de manera simultánea en varios de sus perfiles, o a través de hilos de mensajería instantánea para alcanzar al mayor número de personas. Para ello empleaba el lenguaje virtual habitual en estos foros, comentando, linkeando o compartiendo contenidos como parte de la estrategia global de DAESH de emplear la red mundial como medio para transmitir los valores ideológicos terroristas.
Junto a este adoctrinamiento intelectual, otro pilar fundamental en su estrategia delictiva era realizar el adiestramiento operativo en técnicas de combate de otras personas. Para ello publicaba videos en los que él mismo aparecía manejando armas blancas con gran destreza, acompañados de mensajes altamente explícitos, dirigidos a la comisión de acciones terroristas. Incidía especialmente en el acondicionamiento psicológico de los nuevos reclutas, a los que preparaba mentalmente para que finalmente mostraran su disposición a cometer atentados terroristas, amparados en mandatos divinos sobre el martirio.
Condenado por su integración en la organización terrorista Al Qaeda, tras su puesta en libertad el detenido había desarrollado en los últimos años un perfil afín a la figura del cibersoldado, la versión 2.0 del combatiente yihadista que emplea la red informática para compartir, interactuar y propagar el ideario terrorista. Lejos de reconducir su conducta, el detenido había implementado sus acciones como parte de su compromiso con los postulados ideológicos y terroristas de DAESH.
Tras convertirse en "el primer condenado en España por los atentados acaecidos en Nueva York el 11 de septiembre y después de más de nueve años en prisión" por «pertenencia o integración en organización terrorista y tenencia ilícita de armas», salió de prisión en mayo de 2011. A pesar de haber afirmado en declaraciones a los medios de comunicación, que él buscaba «vivir en paz» y afirmaba no ser un terrorista, el detenido continuó siendo objeto de seguimiento por parte de los agentes de la Policía Nacional, que detectaron que había renovado su compromiso desarrollando actividades de muyahidin virtual para cumplir con los requerimientos de la Yihad Virtual o Electrónica y actividades de adiestramiento operativo de terceros dentro de la Yihad Violenta.
La operación, que continúa abierta, se ha desarrollado bajo la supervisión del Juzgado Central Instrucción Número dos y coordinación de la Fiscalía de la Audiencia Nacional.
Desde el 26 de junio de 2015, fecha en el que el Ministerio del Interior elevó a 4 el Nivel de Alerta Antiterrorista (NAA), las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad han detenido a 207 terroristas yihadistas en operaciones realizadas en España y en el exterior y a un total de 250 desde principios de 2015.
El Ministerio del Interior recuerda que, a través de la iniciativa STOP RADICALISMOS, los ciudadanos pueden colaborar a través de una serie de canales a su disposición para que, de forma confidencial y segura, notifiquen a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad aquellos posibles casos de radicalización en su entorno a través de la página web www.stop-radicalismos.es, la aplicación móvil de alertas de seguridad ciudadana Alertcops y el teléfono gratuito 900 822 066.