Roma
Presidente.- Buenos días a todos y muchas gracias por su asistencia. Seré muy breve porque en unos minutos tengo que asistir al almuerzo en el palacio del Quirinale. Antes de referirme a la Cumbre que estamos celebrando, permítanme hacer una mención y un recuerdo cariñoso para Paloma Gómez Borrero. Ella fue una gran periodista y una persona entrañable. Era una institución en Roma, donde acogió con su cariño y su veteranía a todos quienes venían a la ciudad, y fue también un referente informativo en España para explicar durante muchos años lo que sucedía aquí. Vaya mi recuerdo para ella, para su familia y para sus innumerables amigos.
Nos hemos reunido aquí, en Roma, para celebrar los sesenta años de la Unión Europea y creo que ha sido una gran idea. En Roma, esta mañana, en el Campidoglio, o ayer, en El Vaticano, los valores europeos se perciben con una nitidez extraordinaria. Es donde sentimos con mayor intensidad la herencia que nos ha hecho como somos y el peso tremendo de una historia que hemos sabido superar.
Europa, que ha sido escenario de terribles enfrentamientos e innumerables guerras, es hoy el lugar del mundo donde mejor se preserva y se defiende la dignidad humana. Ese es el eje fundamental sobre el que pivota la Unión Europea. Esto es importante y creo que se recoge de manera clara en la Declaración que hemos firmado.
La Unión Europea nació para lograr la vieja aspiración de desterrar la guerra, la tiranía, la ignorancia y la miseria de la vida de las personas, y sesenta años desde aquel impulso fundador estamos de acuerdo en seguir avanzando en este proyecto. Europa es hoy el mejor sitio del mundo donde puede nacer un ser humano. Somos solo el 7 por 100 de la población mundial, pero somos el 22 por 100 de la riqueza del planeta y disfrutamos del 58 por 100 de todo el gasto social. Estas son las magnitudes que definen la grandeza del proyecto europeo.
No son tiempos fáciles, pero eran más difíciles los que vivieron los padres fundadores cuando sentaron las bases de nuestra convivencia actual sobre las ruinas de un continente arrasado por la guerra y por el totalitarismo.
Hoy todos nos hemos comprometido a seguir construyendo una Unión de derechos humanos, de libertad, de cooperación, solidaridad y bienestar. Para todo ello hemos convenido en poner el acento en los problemas que realmente preocupan a los ciudadanos, en lo que les inquieta y en lo que les alarma.
Los objetivos de futuro que hemos fijado son cuatro: en primer lugar, la seguridad, como se recoge en la Declaración; en segundo lugar, la prosperidad, crecimiento económico, empleo, modelo de bienestar; en tercer lugar, la Europa social, y, en cuarto lugar, una Europa más fuerte en el mundo. Son los objetivos para los próximos años.
También en esta Declaración se reafirman los valores fundacionales y fundamentales europeos, como son la libertad, la democracia, los derechos humanos y el Estado de Derecho.
España se ve perfectamente reflejada en las conclusiones de este punto. Hemos aportado algunas ideas para ello. Como saben ustedes, llevo ya algún tiempo diciendo que sería importante decir tres cosas:
- En primer lugar, Europa ha sido y es una historia de éxito, algo que se recoge en la primera parte de la Declaración.
- En segundo lugar, tenemos que ser más eficaces para resolver los problemas de la gente. Ya hubo un avance importante en este sentido en Bratislava, donde fijamos algunas prioridades como los temas de la inmigración, la lucha contra las mafias, la lucha contra el terrorismo, la política exterior y de defensa, y, sobre todo, la generación de crecimiento económico, empleo y mantenimiento de lo que son los pilares básicos de nuestro Estado de Bienestar: pensiones, sanidad, educación y servicios sociales para todos.
- En tercer lugar, nosotros apostamos, como se hace aquí también, por una mayor integración en el futuro. Es importante la referencia que se hace a una mayor integración en materia de política exterior, de defensa, seguridad interior y la referencia, nítida y clara, a la Unión Económica Monetaria y a completar el Mercado Único.
Por tanto, estamos contentos de cómo, a fin de cuentas, han quedado las cosas. Hemos hecho nuestras aportaciones pero, sobre todo, lo que queremos aportar, particularmente de cara al futuro, es la profunda fe europeísta de la sociedad española, el gran consenso de las fuerzas políticas españolas sobre la necesidad de seguir avanzando en la construcción de la Unión y la experiencia de un país que, también gracias a Europa, ha conseguido dar un salto casi inimaginable en su prosperidad y en su nivel de vida.
Si quieren preguntar alguna cosa, estoy a su disposición.
P.- Se firma la Declaración de esa Europa a varias velocidades y quería preguntarle cómo han conseguido convencer a determinados países que no estaban de acuerdo con esta Europa a dos velocidades.
Luego, ¿qué pasos concretos se van a dar para conseguir estos cuatro objetivos que usted nos ha nombrado y que están en la Declaración?
Presidente.- Al final, evidentemente, siempre hay que hacer una Declaración. Hacerla a veintisiete no es fácil; es mucho más llevadero el tener que negociar con dos o con tres, que no con veintisiete. Pero yo pienso que el presidente del Consejo Europeo, junto a la Presidencia maltesa y también nuestro anfitrión, el primer ministro italiano, han hecho un gran esfuerzo y pienso que han hecho lo que tenían que hacer.
Sinceramente, es muy difícil no estar de acuerdo en que Europa ha sido una historia de éxito. Lo es; entre otras cosas, todos estamos aquí voluntariamente. En España todos sabemos a qué asociamos el concepto europeo: a democracia, a libertad, a derechos humanos y a progreso económico y social, que es lo que hemos tenido desde que hemos entrado en la Unión Europea en el año 1986.
Tampoco ha sido difícil ponerse de acuerdo en las grandes prioridades: el tema de la inmigración irregular; el problema de los refugiados, atenderlos bien; el problema de la seguridad interior --la lucha contra el terrorismo es hoy una gran prioridad; ya hemos visto lo que ha pasado hace nada en Londres pero, desgraciadamente, hemos visto acontecimientos similares en Francia, en Bélgica, en Alemania y en otros países de nuestro entorno--; en política de defensa y en política exterior también estamos de acuerdo en avanzar, y es una gran prioridad la defensa de nuestros países, y, por último, todos queremos generar crecimiento y empleo.
Donde quizá hubiera mayores dificultades es en la tercera parte que planteaba España, continuar avanzando en la integración, y, sobre todo, en la parte económica; pero hay una referencia muy clara a seguir profundizando en el Mercado Único. Nosotros queríamos que la Unión Económica y Monetaria allí apareciese. Eso, como saben, llevará su tiempo; pero la aspiración que tenemos nosotros es que haya, en su día, un Presupuesto europeo que permita atender a aquellos países que en un determinado momento están en una situación de mayor dificultad, y queremos que en su día haya también eurobonos, es decir, un Tesoro europeo que emita en los mercados porque, lógicamente, eso nos daría más seguridad a todos.
Es evidente que estas dos cosas, el Presupuesto y los eurobonos, requieren que antes haya un nivel similar en materia de competitividad a nivel de toda la Unión Europea. Por eso, nosotros hemos planteado que, al igual que para cumplir con Maastricht y entrar en el euro había que tener unos requisitos de inflación, de deuda pública, déficit público, etcétera, aquí también haya unos indicadores de competitividad y, a medida que los países vayan cumpliéndolo o a medida que los países quieran hacerlo, entrar en esta siguiente fase de la Unión Económica y Monetaria. Yo creo que esto es importante porque, además, en la Declaración se recoge la posibilidad de que se pueda avanzar a distintos ritmos por parte de los diferentes países de la Unión Europea.
Por tanto, creo que es complicado poner de acuerdo a veintisiete; pero Europa siempre se ha ido construyendo dando pasos en la buena dirección, y eso es lo importante, a veces a mayor ritmo y otras, a un ritmo menor que el deseado.
¿Qué es lo que vamos hacer en el futuro? Yo creo que aquí quedan claras algunas de las cosas que hay que hacer. Vamos a luchar eficazmente contra el terrorismo y la delincuencia organizada. Es muy importante en este sentido mejorar la colaboración entre los distintos servicios de información de los diferentes países.
Ahora, por fin, se está construyendo una política migratoria sensata. Nosotros hemos dicho siempre que la política migratoria había que resolverla en origen. Siempre nos mostramos partidarios de ayudar a los países, sobre todo el sur de África, que es lo que nos queda más cerca, para mejorar su nivel de vida y para mejorar también su nivel educativo. Se han firmado ya convenios con países importantes como Nigeria, Níger, Etiopía y otros. Vamos a seguir trabajando en esa dirección.
En materia de Europa próspera y sostenible, he hablado antes de la Unión Económica y Monetaria, y del Mercado Único. Hay que trabajar el Mercado Único Digital y el Mercado Único Energético.
Lo mismo ocurre en la Europa Social, donde hay una apuesta clara por la educación y la formación; sin duda alguna, el instrumento decisivo para hacer mejores a las personas y también, y por tanto, a los países.
La Europa más fuerte en la escena mundial es esa Europa a la que he hecho referencia: una defensa europea integrada, con una colaboración con la Organización del Tratado del Atlántico Norte, como se recoge también en la Declaración.
P.- Usted decía que Europa estaba dando pasos en la buena dirección y quería saber si usted también los está dando en materia presupuestaria, si está consiguiendo ya el visto bueno de algunos de los Grupos a sus cuentas públicas.
Por otro lado, este fin de semana el PSOE celebra una conferencia política y mañana Susana Díaz anunciará que se presenta a las primarias. Dado el cariz que está tomando la situación en el Partido Socialista, ¿teme que haya una fractura?
Presidente.-Sobre ese asunto no voy a entrar y voy a ser muy respetuoso. Como lo he sido siempre y como he demandado también respeto para mi partido cuando pudo haber estado en una situación similar, no voy a decir nada.
Sobre la primera pregunta, el próximo viernes aprobaremos, en principio, el Presupuesto; es el día 31 de marzo. Habíamos dicho que lo aprobaríamos a lo largo del primer trimestre y estamos en conversaciones con las diferentes fuerzas políticas, que supongo que continuarán también después de la aprobación el día 31.
Yo quiero aprobar el Presupuesto. En cualquier caso, hay algo a lo que ya la Cámara le ha dado el visto bueno, que es el "techo de gasto", el capítulo de ingresos y la distribución de los objetivos de estabilidad presupuestaria, y eso nos da tranquilidad; pero el objetivo es tener un Presupuesto. Es bueno para España y es un mensaje de estabilidad política que creo que en este momento es lo único que puede perturbar la buena marcha de la economía.
Todos los datos económicos que estamos viendo son positivos y ya hay, incluso, algunas entidades que pronostican un crecimiento mayor que el 2,5 por 100 que es el que ha planteado el Gobierno, y algunas ya hablan de un crecimiento de un 0,8 por 100 en este primer trimestre. El nivel de creación de empleo y de afiliación a la Seguridad Social se va a mantener firme: más de cuatrocientas mil personas van a encontrar un puesto de trabajo este año.
Por tanto, la economía, a poco que hagamos las cosas de una manera razonable, creo que va a funcionar bien. El Presupuesto, sin duda alguna, es un elemento importante, pero no es el único. Insisto, irá el próximo día 31.
P.-Está hablando de las aportaciones que ha hecho Europa a esa Declaración que acaban de firmar y quería saber si considera que esa Declaración refleja lo que usted anunciaba en el Congreso, en el debate sobre los Consejos Europeos, en respuesta a los independentistas catalanes. Usted decía algo así como que esa Declaración obligaría al cumplimiento de la Ley por parte de todos. ¿Cree que ese anuncio está reflejado en esta Declaración?
Por otra parte, si me permite una segunda pregunta muy breve sobre la moción de censura en Murcia, ¿en qué cree que va acabar?
Presidente.- No lo sé. Es evidente que no lo sé. Claro, si lo supiera, estaría en una situación diferente a la que estoy hoy.
Evidentemente, como a ustedes no se les escapa, aquí no se habla de la situación concreta de nadie. Yo dije una cosa que era una obviedad, por otra parte, que es que uno de los valores fundamentales del proyecto europeo es el Estado de Derecho, es decir, la obligación de cumplir la Ley, el sometimiento de todos, y por supuesto de los gobernantes, a la Ley. La alternativa al cumplimiento de la Ley es la nada, por no decir la selva, y a nadie se le ocurre que en Europa alguien vaya a darle su apoyo a quien pretende transgredir la Ley.
El otro día había unas afirmaciones muy importantes del presidente del Parlamento Europeo que decía, y decía con razón, que ya las Constituciones de los países europeos forman parte del acervo comunitario y quien pretende liquidar o saltarse la Constitución de un país lo que está es liquidando o saltándose el acervo comunitario.
Sin duda alguna, el Estado de Derecho, el sometimiento de todos los ciudadanos a la Ley, es un principio básico y fundamental, como no podía ser de otra manera en la Unión Europea.
Fíjese usted que en el primer párrafo de esta Declaración que hemos aprobado en el día de hoy se establecen los valores fundamentales y firmes, que es la palabra que se usa, de la Unión Europea y son cinco:
- La paz, y, por otra parte, es muy lógico que sea la paz porque la Unión Europea nació después de dos guerras mundiales en Europa y desde que hace sesenta años firmaron aquí el Tratado de Roma Europa fue un espacio de paz.
- Segundo gran valor europeo, la libertad. Europa es el continente del mundo, como todos ustedes saben, con mayor libertad.
- Tercero, la democracia. Nadie puede entrar en la Unión Europea si no tiene un régimen democrático.
- Cuarto, el respeto a los derechos humanos. No hay ningún lugar en el mundo donde se respeten más los derechos humanos. De hecho, el continente europeo es el único donde no existe la pena de muerte, el espacio de la Unión Europea.
- Y el quinto gran principio es el Estado de Derecho, es decir, el sometimiento de todos a la Ley.
Estos son los principios básicos y fundamentales de la Unión Europea. Luego, trabajamos para que haya más progreso y más bienestar social; pero esto no se le ocurre ponerlo en juicio a nadie. En fin, desde luego, los que lo ponen creo que están muy confundidos.
Señoras y señores, termino porque tengo que seguir cumpliendo compromisos. Muchas gracias.