Las reuniones de alto nivel nacieron como consecuencia del Tratado de Amistad, Buena Vecindad y Cooperación, firmado en 1995. Durante los años de la crisis económica y en los posteriores a la revolución tunecina, estas reuniones de alto nivel no tuvieron lugar. Por ello, esta reunión de alto nivel simboliza el relanzamiento de las relaciones bilaterales.
Los objetivos son tres: brindar el más decidido apoyo político a la democratización de la República Tunecina, consolidar y mejorar la posición de España como socio económico e inversor de Túnez y ofrecer la máxima colaboración y cooperación para afrontar los desafíos globales que afectan a la región mediterránea, en particular el terrorismo yihadista y la gestión de flujos migratorios.
Con tal propósito, se van a firmar una serie de acuerdos y memorandos, centrados en las áreas de promoción de los derechos de las mujeres, la lucha contra la violencia de género, el apoyo a las PYMEs, la cooperación agraria, los asuntos de justicia e interior, la cooperación educativa y cultural y la cooperación científica y promoción comercial.
En lo relativo a los aspectos económicos, las relaciones bilaterales entre España y Túnez atraviesan un buen momento, con un elevado interés de las empresas españolas por el mercado tunecino. En 2017 el comercio bilateral se situó en 1.294 millones de euros, con un saldo superavitario para España de 428 millones de euros. En 2017 las exportaciones ascendieron hasta los 861 millones de euros, mientras que las importaciones se situaron en 433 millones de euros.
Desde el punto de vista de la inversión, Túnez fue el 62º destino de las inversiones españolas en 2015, con un stock de inversión en dicho año de 188 millones de euros. En sentido contrario, Túnez es el 72º inversor en España, con un stock de inversión en 2015 de 34 millones de euros.
La presencia comercial española en Túnez es destacada en los sectores de energía, infraestructuras de transporte, agua y defensa. Además, hay cadenas hoteleras españolas operando en el país.