El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, recibe el miércoles 4 de marzo en el Palacio de La Moncloa al presidente de la República francesa, François Hollande, al primer ministro de la República portuguesa, Pedro Passos Coelho, al presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, acompañado por el comisario de Acción Climática y Energía, Miguel Arias Cañete, y al presidente del Banco Europeo de Inversiones (BEI), Werner Hoyer, para la celebración de una reunión sobre interconexiones energéticas convocada por el presidente del Gobierno al máximo nivel político.
El principal objetivo de esta reunión es avanzar en el compromiso común de Francia, España, Portugal y las instituciones de la Unión Europea con las interconexiones energéticas y la financiación de estas a través de fondos europeos, especialmente el Plan Juncker de Inversiones.
Las interconexiones constituyen una pieza clave de la Unión Energética, que busca el establecimiento efectivo, en el seno de la Unión Europea, de un mercado energético interior y de una política común de energía, ambos sectores muy importantes para las empresas porque les permitirán acceder a un recurso fundamental para su competitividad a costes mejores y más previsibles.
Pero también son dos polos esenciales para el medio ambiente, porque sin ellos no es posible el desarrollo de las energías renovables, así como para la seguridad de nuestro continente, porque facilitan la diversificación de fuentes y reducen la dependencia de suministros de zonas inestables del mundo. Y, por último, son igualmente imprescindibles para nuestros ciudadanos porque permitirán que la energía llegue a los hogares a menor precio, incrementado con ello su bienestar.
Declaración común
El Consejo Europeo de octubre 2014 reafirmó las interconexiones como parte fundamental del paquete de Energía y Cambio Climático y relanzó el objetivo de interconexión eléctrica mínima del 10% sobre la potencia instalada, que deberá alcanzarse como muy tarde en 2020. Este objetivo fue reconocido, por primera vez, en el Consejo Europeo de Barcelona de 2002, durante la tercera Presidencia española del Consejo de la UE. En el caso de la interconexión eléctrica entre España y Francia, tras la inauguración de la Línea de Alta Tensión entre Santa Llogaia y Baixas el pasado viernes 20 de febrero, se doblará el nivel de interconexión al 2,8%, pero lejos todavía del objetivo marcado por el Consejo Europeo.
La Cumbre aprobará una Declaración común que será firmada por los jefes de Estado y de Gobierno de España, Francia y Portugal y del presidente de la Comisión. La Declaración recalca el compromiso con las interconexiones energéticas de los participantes en la reunión y detalla una serie de medidas que se adoptarán tanto por los gobiernos de los países participantes como por la Comisión Europea. Entre estas medidas se destaca la adopción de una estrategia común de los operadores de sistemas de transmisión de España, Portugal y Francia; o la creación de un nuevo Grupo regional de alto nivel para Europa sudoccidental que, con la participación de la Comisión Europea, supervisaría el progreso de los correspondientes proyectos y prestaría funciones de asesoramiento técnico.
El Plan Juncker de Inversiones supone una ventana de oportunidad para la financiación público-privada de las infraestructuras de interconexiones energéticas. Está previsto que los bancos públicos de inversiones (en el caso de España, el ICO) contribuyan a la financiación que pueda destinarse a los proyectos concretos de inversión con 1.500 millones de euros.
Los proyectos de interconexión energética encajan perfectamente en el Plan Juncker, ya que han sido considerados como una prioridad de la UE en su conjunto. Son proyectos que contribuyen a la creación del mercado único de la energía, al crecimiento económico, al empleo y a la competitividad, del mismo modo que contribuirán a los objetivos de la UE en materia de energías renovables y reducción de gases de efecto invernadero, siendo, además, proyectos de colaboración público-privada con efecto multiplicador que generan retornos para devolver la inversión.
Objetivo: 10% de interconexión con el resto de Europa
Tras la inauguración el pasado 20 de febrero, por parte del presidente del Gobierno y del primer ministro de Francia, de la línea de muy alta tensión entre Baixas (Girona) y Santa Llogaia (Francia), y la reunión del 27 de febrero de Rajoy en Madrid con el vicepresidente del Comisión Europea, Jyrki Katainen, encargado del diseño y ejecución del Plan Juncker, para tratar, entre otras cosas, la inclusión de los proyectos de interconexiones energéticas en la financiación de este plan, la Cumbre del 4 de marzo sellará el compromiso de España, Francia y Portugal, con el apoyo de la Comisión Europea y del BEI, para hacer posible que el objetivo de llegar al 10% de interconexión con el resto de Europa sea una realidad en los próximos años.
El próximo Consejo Europeo de 19 y 20 de marzo, dedicado entre otros asuntos al proyecto de Unión Energética, sobre la base de la comunicación emitida por la Comisión Europea el pasado 25 de febrero, constituirá otra excelente oportunidad para avanzar en este objetivo. La declaración que se firmará mañana en Madrid constituirá un ejemplo de colaboración entre Estados miembros en esta dirección. Se pasa así de muchos años de declaraciones y de progreso muy lento hacia este objetivo a un plan con proyectos concretos y con financiación europea.
En definitiva, la Cumbre del 4 de marzo ofrece una excelente oportunidad para avanzar en la identificación de dichos proyectos comunes y conseguir el apoyo de las Instituciones europeas para su financiación y para que nuestro país deje de ser una "isla energética". España, una vez más, está encabezando una iniciativa política de primer orden en la UE que contribuirá al fortalecimiento de nuestras economías, a la creación de empleo y a la seguridad energética de la UE en su conjunto.